Expolio de obras
de Murillo

Bio

La Inmaculada Concepción de los Venerables, 1678

En 1810, durante la invasión francesa, Sevilla sufrió el saqueo de obras de arte. Es uno de los ejemplos más deplorables de saqueo artístico que se ha producido, y privó a la ciudad de las colecciones artísticas de sus iglesias y conventos. Las tropas que entraron en Sevilla, dirigidas por el mariscal Soult, llegaron preparadas para ejecutar el saqueo. José Bonaparte había sido convencido de formar un Museo Real dedicado al gran Napoleón que albergaría las mejores pinturas de España. Por eso, Soult llevó a cabo un saqueo artístico intolerable en conventos, parroquias, monasterios y cofradías. Aunque tenían una preferencia especial por las obras de Murillo, también robaron cuadros de Zurbarán, Herrera el Viejo, Roela y Pacheco.

Como resultado, los edificios de Santa María la Blanca, la Santa Caridad, San Francisco, San Buenaventura, Santa Isabel, Santa María de Gracia y la Catedral se vieron obligados a entregar sus mejores cuadros a los franceses. Solo los capuchinos, que conocían de antemano las intenciones de los franceses, pudieron retirar las obras de Murillo, trasladándolas a Cádiz, donde las escondieron en domicilios particulares. Devolvieron la obra a Sevilla al final de la guerra. Por este motivo, el Museo de Bellas Artes de Sevilla cuenta ahora con una importante colección de obras de Murillo que de otro modo serían colgadas en el Museo del Louvre de París o distribuidas en diversas colecciones privadas.

Soult y otros generales y funcionarios fueron recompensados con varios cuadros que ellos mismos se llevaron. La herencia de Soult se vendió en parte, mientras que otras obras se pasaron al Museo del Louvre.

Murillo fue el principal objetivo del saqueo de Soult. Retiró las primeras obras que produjo Murillo, formadas por diez pinturas que decoraban los Claustros Pequeños del Convento de San Francisco. Hoy se encuentran dispersos en distintas galerías de arte.

Soult también sacó El Nacimiento de la Virgen de la Catedral de Sevilla. Ahora se encuentra en el Museo del Louvre.

Además, saqueó cuatro cuadros de la iglesia de Santa María la Blanca y un cuadro de la Inmaculada Concepción del Hospital de los Venerables.

De la iglesia del Hospital de la Santa Caridad, Soult sacó cuatro cuadros que decorarían su lujosa mansión

Una vez que terminó la Guerra de la Independencia, el gobierno español protestó por el saqueo, exigiendo la devolución de las obras de arte, especialmente las pinturas de Murillo. Una parte de los cuadros de Santa María la Blanca fueron devueltos a España, aunque no a Sevilla, ya que permanecieron en el Museo del Prado junto a un cuadro de la Inmaculada Concepción que fue devuelto en 1941. Esta devolución no fue gratuita; España tuvo que regalar a Francia el Retrato de un niño de Velázquez, que dejó el Prado para el Louvre.

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